lunes, 27 de febrero de 2012

HALCONERAS DE SANCHO IV EN FUNES

Tal y como se indica en su página Web, las Halconeras de Sancho IV son una Granja Escuela donde, con mayor o menor acierto, se pretende retrotraer al visitante a la Edad Media. En particular a la corte del Rey Sancho IV "El de Peñalen", llamado así porque éste término del municipio de Funes, fue el lugar donde este rey halló una inesperada muerte, a mano de su propio hermano.
El recinto, artificialmente amurallado, alberga varios tipos de animales en cuadras y jaulones. Principalmente animales de granja y aves rapaces destinados a fomentar la educacion ambiental. Además, y como corresponde a un establecimiento de este tipo, en el recinto se oferta la posibilidad de realizar multiples actividades de turismo activo y de naturaleza en el entorno de los sotos de Funes.


Además de esta oferta las Halconeras ofrecen, previo encargo, un servicio de restaurante orientado a grupos. Y fue este el principal motivo de la visita de los "Azk" a espacio tan singular.
El menú se sirve en un salón revestido de falsa piedra arenisca y decorado austeramente con algunos blasones, que tratan de emular los medievales salones de la corte de Sancho.
Por encargo se sirvió para empezar una selección de entrantes al centro:




Brochetas de gambas y alcachofas en conserva rebozadas, con un toque de miel, que estaban bastante buenas.
Pulpo a la granja: Un pulpo de calidad excelente, con un toque de plancha y presentado en su punto, acompañado de sus correspondientes patatas. "Aunque siempre hay quien lo prefiere servido a la gallega"
Zamburiñas con salsa marinera y gambas a la plancha.

Toda la comida estuvo acompañada de vino joven de la D. O. Navarra "El Viejo Templo".

Además había varios segundos a elegir entre los que podemos citar el gorrín asado con papatas, la lubina y el solomillo con foie.


Aunque sin duda, el exito se lo llevó el chuletón de vaca a la brasa, servido previamente troceado y en su correspondiente plato de barro caliente. La ración a compartir para dos, aunque en el precio previamente concertado del menú (35€), se incluyó una segunda vuelta de chuletón para compartir para que nadie pudiera quedarse con hambre. Todo un detalle.

Postres variados y acertados, que iban desde un cocktail de piña natural a una torrija, destacando en este apartado la tarta de queso Idiazabal, acompañada de una fina salsa con toques de membrillo. Sólo por esta tarta, las halconeras aprueban como restaurante.

lunes, 20 de febrero de 2012

EL PUNTIDO DE VIÑEDOS DE PAGANOS

Ayer abrimos un "El Puntido 2007" de la bodega Viñedos de Páganos. Dicen en los mentideros del vino que podríamos haber esperado hasta 2035 para abrirla y aún hubiera estado bueno.
A los no ilustrados, el nombre de ésta bodega quizás no les diga mucho, y lo dicho, les parezca una exageración. Pero una vez ubicada entre las bodegas de Rioja del Grupo Eguren, quizás la confianza en lo dicho aumente.

La bodega está ubicada en la villa de Laguardia, lo que por sí solo ya le da al producto un cierto empaque.
Laguardia es uno de esos lugares de visita obligada: un pueblo de postal con un entorno que le acompaña, en el que se aunan la cultura del vino, la de la gastronomía, un importante número de vestigios arqueológicos (Poblado de La Hoya, Dolmen de La Hechicera, etc..), y una rica arquitectura de bodegas plagada de grandes nombres.
La verdad es que éste vino no es sólo buen hacer comercial o envoltorio, que también lo es.
Aparece muy bien presentado: en una botella tipo borgoña antigua, de color negro intenso, y con una elegante etiqueta, en la que una mano al más puro estilo de  la de la Creación de Adán, acaricia un racimo de uvas. Como remate la botella viene también envuelta en un papel morado.

Más allá de la estética, y respecto a los valores de cata, los más entendidos dicen que destaca su olor a madera sobre una variedad de aromas compleja. Mi primera sensación fue que olía a alcohol. De hecho, tiene 14,5º.
Pero nadie se quejó de que supiera a alcoholes, ni de ninguna otra cosa.
Les pareció un vino con cuerpo y de fuerte estructura. Destacaron de él la ausencia de olores y sabores concretos: todo muy integrado, equilibrado. Y su suavidad, característica ésta última de muchos Riojas.

El tinto hizo surgir el debate a cerca de la influencia de la vendimia seleccionada en el producto final. Así, a mano, y en cajas, es como se vendimia las uvas de las que se hace este vino.

En realidad es un vino de capricho, puesto que su precio, entorno a 25-30€, no lo hace apto para todas las ocasiones. Pero probar estas exquisiteces de vez en cuando merece la pena.
Los siguientes descorches de la cena se vieron injustamente sometidos, a una odiosa comparación con el Puntido. Pero no eran comparables tan solo al paladar. Quizás lo hubieran sido poniendo en juego otros valores como su relación calidad precio.
En resumen: sobresaliente.

miércoles, 15 de febrero de 2012

TRENZA DE ALMUDEVAR DE TOLOSANA

Aunque la trenza es en realidad de Almudevar, la primera vez que yo la probé, hace ya más de 10 años lo hice en Huesca. En aquel momento la trenza de la Pastelería Tolosana me pareció un producto exquisito, con el que para mi sólo podía competir ya, otro producto que había descubierto en la misma ciudad: el pastel ruso de la pastelería Ascaso.


En Huesca descubrí también muchos otros dulces maravillosos: desde las elaboradas castañas de mazapán, hasta los más populares dobladillos de cabello de ángel. Y creo que sólo por los postres la ciudad ya merece una visita. (Y además tiene muy buenos restaurantes)

Con respecto a las trenzas, y a pesar de que empiezo mi redacción en pasado, no he encontrado otra que me guste más. En Logroño, la reina de las trenzas es la de "Garpesa", pero no creo que sean comparables, puesto que para mí, ésta última es más un producto de panadería que de pastelería. Pero tiene sus adeptos y son muchos. También en Peralta hacen buenas trenzas, parecidas a estas de Almudevar, pero no equivalentes.

La apariencia de la trenza en sí no ha variado a lo largo de estos últimos años. Sin embargo, las últimas veces que la he probado (Ayer mismo), y no sé si a causa de mis prejuicios, ya no me ha parecido del todo la misma. Lleva las nueces igual, la almendra perfectamente laminada, las pasas, el azucar glass..

En este caso y en el de muchos otros productos que yo veneraba, en el más profundo sentido de la devoción, mis prejucios nacen de la premisa de que la popularización, y el consiguiente aumento de las producciones,  modifican irremediablemente los productos originales.

Este fenómeno lo he detectado especialmente en los productos de pastelería y panadería. Y en muchos encuentro un común denominador: a casi todos les falta mantequilla. Quizás no haya que culpar a la popularización, sino a que ya no se hacen mantequillas como antes, y se usa demasiada margarina. A esta trenza lo que le falta es mantequilla y también a los sobaos de Casa El Macho, o les falta o ha habido un cambio en la mantequilla (que me cabrea sobremanera). Por ejemplo, estos sobaos me resultan más bollo que antes, no sé si son cosas mias.
Esto también me ha pasado con los bollos más industriales: por ejemplo, las burebanas de la Abuela Lupe.  Aquí lo que noto, es que ha cambiado el chocolate.

En fin que irremediablemente las cosas cambian, también nuestros gustos, claro, pero de momento la trenza de Tolosana sigue siendo la mejor que conozco.

Por cierto se puede compra on-line y por 21 euritos te envian dos.

martes, 14 de febrero de 2012

DE PERDIDOS AL RIO (LOGROÑO)

La calle San Agustín está de moda, y una de sus últimas aperturas, como ya mencionamos en el apartado dedicado a esta calle ha sido el de este restaurante-bar de pinchos: DE PERDIDOS AL RÍO. Digo últimas, hasta donde yo sé, porque en su Web dice "Desde 1978"....

Tengo mucha curiosidad por probar su menú y sus pinchos, especialmente desde que identifique a la persona situada tras la barra, con otros bares de Logroño, que considero especialmente bien gestionados, al menos en lo que a oferta y servicio para el publico se refiere.
Así que para apaciguar esta inquitud mia, ayer envié una avanzadilla de catadores de pinchos a Laurel, para probarlos y así tener ya una opinión.Y aqui están los resultados.


Es un local pequeño, con al menos dos plantas, en la planta calle está el bar y escaleras arriba el restaurante. Y no hace mucho este espacio  lo ocupó otro bar de pinchos, que intentó dar chuletillas y choricillo a la brasa, pero que se perdió por el camino.
En lo que respecta al apartado de vinos, el local no les ha defraudado: tienen una amplia selección de Riojas, como debe ser. Servidos además en buena vajilla.
Y en lo gastronómico, decir que hay 6 variedades de pinchos, (al menos) aunque lo que más les llamó la atención, y lo que probaron fueron los arroces. Además hay pulgas de calamar bravo (novedad en la zona), una tapa de secreto iberico y un bol de tomate con aceite y genjibre..que este sí, me llama la atención muchisimo.

Sobre los arroces:
El Risotto de calabacín, gamba y morcilla, lo han clasificado como suave y agradable, pese a que el hecho de llevar morcilla sugería un sabor más intenso y quizás lo convirtiera en una elección arriesgada. Por lo visto nada más lejos.
El plato, que obtuvo uno de los tres votos, lo han defendido alegando que es el de sabor más natural. En caso de probar varios arroces, este hay que tomarlo el primero, porque los otros son más intensos.
El Risotto de hongos, foie y trufa se llevó dos de los tres puntos en juego. Cremoso, y de intenso sabor. Tipo salsa de boletus, me dicen. Quien defiende el risotto de calabacín justifica este exito porque, y es tema de debate, hemos acostumbrado los paladares a sabores muy muy fuertes y alejados de lo natural, y claro, te ponen algo que sabe a lo que tiene que saber y en realidad te parece que no sabe a casi nada....

Por último, el Arroz negro  de sepia y gamba, que también gustó, pero que esta vez no puntuó. Lo mas destacable, que sabía a mar, y que estaba un pelín salado.

En fin, que los hay para todos los gustos...y que me interesaría conocer más opiniones claro, porque así, solo tres........y poniendome comparativa: ¿Cual estará mejor: uno de estos tres o el de Las Cubanas?

lunes, 13 de febrero de 2012

VINOS SIN NOMBRE IV: CAMPO BABIERO

Campo Babiero es el nombre bajo el que se comercializan los vinos de la Bodega Cooperativa Comarcal de Navarrete (La Rioja).
Esta bodega, fundada en 1989, recoge las uvas de varios municipios ubicados al amparo del pico Serradero, en la sierra de Moncalvillo: Sorzano, Entrena, Medrano, Daroca, Hornos de Moncalvillo, Sotés, Ventosa y Navarrete. Municipio este último en el que se ubica la bodega.
Viñedos de Sorzano con las Peñas de Islallana al fondo

Los vinos de cooperativa encabezan sin duda el listado de vinos sin nombre de La Rioja. Casi con toda seguridad porque muchas de estas cooperativas, y es el caso de la que nos ocupa, son bodegas destinadas mayoritariamente a la producción y no a la elaboración.
Esto justifica a su vez el hecho de que el nombre de comercialización de estos vinos, Campo Babiero, y su etiquetado clasico de Rioja, queden al margen de las nuevas tendencias de la denominación, restandoles competitividad y atractivo a sus caldos, que en realidad son dignos de ser catados.
De entre ellos hay que destacar sin duda, el Blanco Joven, sin menosprecio de sus tintos, tanto joven como crianza.

El Blanco Campo Babiero es un vino de color pajizo en el que se adivinan levemente los tonos verdosos. Tiene un aroma y un gusto calificables como suaves  y afrutados. Y tiene como virtud principal, su capacidad para mostrarse agradable y fresco sin llegar nunca a competir con los sabores de la comida. Es ideal para platos de verdura y pescados suaves.
Es, en fin, la antítesis de un verdejo, cuyo lugar a mi modo de entender, es en este caso el del aperitivo, más que el de acompañante a una mesa. No quiero con esto menospreciar estos vinos, sino trasmitir que para mi paladar son demasiado singulares como para mezclarlos con otros sabores.

En general este vino gusta bastante, salvo por la particularidad (compartida con otros vinos de la bodega) de que uno no se entera de lo que ha bebido hasta haber bebido casi toda la botella.

El joven de Campo Babiero es un vino sometido a un proceso de despalillado. Con esto puede quedar ya en parte definido y diferenciado de muchos de los vinos de maceración carbónica de la DOc Rioja.
Su bruto es el mismo que el empleado por Bodegas Paternina-Franco Españolas, su principal cliente en los últimos años. Su resultado es modesto, pero como ya he comentado, muy logrado y con gran aceptación en general. Es de color morado y desprende un aroma frutal, pero sin las exageraciones adquiridas por los tintos jovenes de moda. Es un vino que gana en botella, lo que denota que ha sido elaborado pensando en la crianza, a la que se destina gran parte de este bruto.

Tempranillo de Sorzano para elaborar Campo Babiero

La bodega también elabora, aunque en pequeñas cantidades, un clarete (rosado) clásico, rosa, limpio también muy afrutado y con una graduación alcoholica razonable: 12,5º, aprox. Decimos razonable, porque a la vista queda que parece que el "criterio Parker" de ponderar estos vinos si tienen unos 14º, no es del todo lógico teniendo en cuenta que esta es una cifra más indicada para la crianza de los vinos. Pero, "para gustos, Baigorri".

Finalmente quiero mencionar su criaza, clasico de Rioja, con un color picota muy intenso. Graduación de unos 13º, aroma suave a madera, robusto pero sin asperezas. Este como el blanco hay que tomarlos con tiento porque te puedes acabar la botella y no darte cuenta.
Para comprarlo hay que acudir a la bodega. Bodega que en ocasiones se puede visitar, y aunque no tiene nada que ver con las bodegas de elaboración, puede resultar interesante.

Los jovenes, tinto y blanco salían este año por 24 € la caja de 12 botellas. El brick de 15 litros de tinto, por 15€ creo recordar y las 12 de crianza por 45€. Y se pueden comprar menos unidades.
Sus precios no pueden ser más competitivos, creo yo. Tanto como los del resto de cooperativas y pequeñas bodegas riojanas. Debe ser que los intermediarios se ponen tibios comercializando el Rioja fuera de casa porque sino, uno no se explica los precios de estos vinos allende las fronteras regionales...suben de manera exponencial.

sábado, 11 de febrero de 2012

RESTAURANTE DHARMA LOGROÑO

Los Chavoy son una de las sagas gastrómicas con más solera de La Rioja. Líderes durante muchos años de la gastronomía festiva popular, regentaban varios mesones de esos que se ponen en las ferias (Las barracas que se dice por aqui). Los hermanos Angel y Pepe Chavoy por un lado, y su hermano Enrique por otro, lideraban este sector en toda la zona norte, y en parte del sur de España.
Ya retirados los primeros, la tradicion familiar se mantiene viva a través de los sucesores de Enrique, que pasaron de regentar el Mesón Las Camelias a montar posteriormente una cadena de restaurantes-cafetería llamada Entrepuentes, que actualmente son un referente en Logroño de comida familiar y de grupos a buen precio, calidad y con una amplia oferta que abarca desde las tipicas raciones de calamares o pincho moruno hasta un más que aceptable menú del día, sin perder de vista bocadillos y hamburguesas.
Entiendo que como medio para subir un estadio más de categoría en el mundo de la restauración, en el escalafón si nos ponemos taurinos, la familia se lanzó hace casi un año y medio a montar el Restaurante Dharma.
Es un restaurante con una buena ubicación, junto a la fuente de Murrieta, y a juzgar por la afluencia de publico a su salón, con una buena aceptación social.
Visité el Dharma la misma semana de su inaguración. Otros compañeros de la red, describen el restaurante como "un lugar con un ambiente entre vanguardista e intimista, de decoración inspirada para crear un ambiente cálido, sereno y acogedor" (Nariz de Oro) , o dicen que "Desde la entrada se percibe un ambiente lo podríamos definir entre vanguardista e intimista" (Epicureos). Yo discrepo un poco de esa percepción. A mi el restaurante me pareció algo denso en lo que respecta a su decoración, que quiere ser minimalista, pero que a mi me resulta un tanto recargada, el color lacado, la luz....no sé, me parece tan rebuscado como el nombre. El nombre que entiendo hace referencia al budismo y no a la inicativa Dharma de la serie Perdidos (Lost), y que por eso las mesas están rodeadas de estructuras semicirculares que yo en mi ignorancia inicial identifique con barricas de vino en las que uno podía sentirse conectado con las raices de esta patria..
En aquella ocasion comimos a la carta, y comimos bien. Aunque sin lujos. Pese a la presentación o el toque sofisticado que pretendían los platos, sólo envolvían una  base que se adivinaba mas bien casera. No salimos con la impresión de que hubiera resultado caro, pero no es lo que se dice por ahi de su carta.
Su menu es otra historia.
Han encontrado la poción magica al fin: dar un buen menu por 20 euros. Por que, como ya he comentado en otras ocasiones, pagar en un sitio normal lo mismo, o casi, que un superclase, no tenía ni pies ni cabeza. Y no lo digo solo por el Dharma...que se apliquen el cuento muchos de los restaurantes de esta recién coronada CAPITAL ESPAÑOLA DE LA GASTRONOMÍA.
Pero volviendo al menú, parece que es un exito. Digo parece, porque en estos meses necesito comer fuera por otras bocas. Y la semana pasada, cuatro de esas bocas fueron a probar el menú, y vinieron encantadas. A ellas les gustó el precio, 21 € con café y crianza y también el sitio. Por original. (Bueno, me quedo sola en mi critica estetica, muy sola)
Cuatro primeros, segundos y postres a elegir. Bocadito de morcilla como bienvenida y todo.
Todo buenísimo: Las alcachofas, el risotto de verduras, la ensalada de queso de cabra, y se supone que también las pochas con foie, pero ellas no las probaron.

Lo mismo el bacalao, la lubina y el secreto ibérico, acompañado este último por unos destacables pimientos secos de acompañamiento.los sorbetes, piñas y otros postres tambien gustaron. En resumen: todo muy bien. Y no lo dicen solo estas cuatro.


 Y al estilo de Lo que coma Don Manuel, yo ahora debería rubricar el texto con algo como:
Comentó, casi al 90%, de oido Vida Gurmet....(Padeciendo feminidad)