La plaza de San Bartolomé es uno de esos pequeños rincones con encanto que, con dificultad, han conseguido salvarse de la epidemia toxica de despersonalización que ha parasitado los cascos antiguos de muchas ciudades españolas. Y de ex bellos pueblos también.
Es un espacio para la esperanza, que ha tenido la fortuna de encontrarse con propietarios con buen gusto, o que se han sabido asesorar quien sabe, y ambiciones que no han ido mas alla de mantener la estetica esencial del lugar.
El edificio que alberga La Taberna se alza al fondo a la izquierda de esta plaza. Es un edificio perfectamente integrado en la estetica de la misma, aunque en realidad la que pudiera ser la fachada principal se asoma a la calle Herrerías.
No soy muy de orientalismos tipo Feng Sui pero la verdad es que el resultarme un lugar tan estetico, hace que mi actitud hacia el mismo sea ya de inicio positiva.
La entrada te conduce a un espacio de bar con unas mesas y una barra, en la que por lo visto se puede ir a tomar algunas raciones y un vinito, en plan tapeo fino. Y da la sensación de que el lugar se ha dejado montar así, como sin importancia, pero creo que en realidad está muy pensado.
El comedor al que nos dirigimos están la segunda planta creo, he perdido la cuenta de los pisos. Es un comedor muy luminoso, con mucho espacio entre las mesas, techos altos, y ligeramente decorado.
Con publico entre semana, bastante. Algunas caras conocidas del mundillo de la empresa riojana, varias relacionadas con el sector del vino: Bodegueros y viticultores.
Nuestra mesa suma al conjunto dos de esas caras conocidas del sector. Eligen Ijalba Graciano 2009. Muy acertado para el menu a degustar. Si estos dos no aciertan... No es un graciano en toda su dureza, al contrario, resulta agradable al paladar. Apunta el experto que es un vino que evoluciona muy bien con el paso del tiempo, y que esté probablemente mejor ahora que en sus primeros tiempos.
Solo uno de nosotros se desmarca de lo previsible y elige como primero una navajas.
Los demas nos decantamos por las alcachofas al horno con escamitas de sal. Corazones de alcachofas, que el camarero riega con aceite de la Rioja, también de Ijalba.
Muy buenas las alcahofas, buenisimas. Y no es que esté muy receptiva al local. Es que lo sirven de una forma tan sencilla y tan clara que me dejan alucinada. Es que ahora lo novedoso es esto, que alguien te sepa poner algo bueno en el plato sin adornarlo con salsas, boletus, foies, napados u otros aderezos liquidos, solidos o gaseosos varios que se han desgastado por el uso.
Aqui el graciano de Ijalba hacía muy buen juego con la alcachofa, que debe ser el producto mas complicado de combinar con un vino.
De segundo las damas tomamos chuletillas y los caballeros un combinado de rape albardado y calamares en su tinta. Media ración de cada. Nada que objetar. Muy buen producto y de simple elaboración.
A los postres un riquisimo flan de queso que para mi disgusto solo probé de mi compañero. Yo elegi torrija con helado de dulce de leche. No me gustó demasiado. De hecho la dejé entera menos un pedazo. El helado si lo comí todo. Me supo a aceite de girasol, sin estar en absoluto aceitosa. Pero me esperaba mas sabor a leche y canela.
Unos 40€ por persona. Y un buen sabor de boca general. A pesar de su fama de caro, a mi me ha resultado mas barato que otros. Creo que está bien compensado en relación calidad precio.
PD: Y eso que no probamos la chuleta de vaca.