Situado en las faldas de la Sierra de Moncalvillo, el municipio de Sorzano (La Rioja) cuenta con una amplia oferta turística a escasos 20 km de Logroño.
Es un buen punto de partida para realizar rutas de senderismo a pie o en BTT por Moncalvillo, recorrer el “Camino de los Arrieros”, descender el “Barranco de los infiernos” o atreverse con “El Barranco del Colorao”.
Tiene una ubicación privilegiada también para visitar nuestra capital, Logroño, o desplazarse a las Bodegas de Haro, Cenicero y la Rioja Alavesa, e incluso un campo de Golf a tan sólo 5 km.
Ardedor de esta amplia oferta natural y cultural se han puesto en marcha además, varios servicios de alojamiento turístico, que incluyen la posibilidad de realizar múltiples actividades adicionales incluso en el mismo municipio: visitar el belén mecánico, acercase al mundo del viñedo, realizar talleres de escritura, cursos de agricultura ecológica y tecnicas sobre almazuelas....
Y como broche a esta amplia cartera de recursos, nos encontramos con el Restaurante el Arriero.
Al atravesar su puerta de entrada, enmarcada en una original fachada azul, nos encontramos en primer lugar, al menos los domingos y las fiestas de guardar, con una de las barras de pinchos más amplias de la región en cuanto a variedad de lo ofertado.
Una grata sorpresa, quizás no tan inesperada para los conocedores de la trayectoria de la dueña de sus fogones: Monica Loro, una mano privilegiada para la alta cocina en miniatura.
Dependiendo de las ocasiones pueden encontrarse en barra los pinchos con los que ésta cocinera ha participado como representante de La Rioja, en algunas ediciones del Concurso Nacional de Pinchos y tapas Ciudad de Valladolid, y en otros concursos regionales, todos ellos con un marcado sabor a nuestra tierra..
De entre los premiados, el pasado fin de semana pudimos degustar el Bifidus de Bacalao a la Riojana, una crema de yogur con un puntito de acidez, que debe comerse mezclado con un poquito de la salsa , con trocitos de bacalao cocinados en este estilo regional, que se encuentra en el fondo del tarro donde se presenta el pincho.
Además probamos la Explosión de croqueta crujiente de chipirón con su alioli, al que hemos etiquetado ya bajo la categoría de imprescindible.
Y un más que logrado crep de morcilla salada y queso.
Aunque su lista es interminable: Pasta fresca rellena de boletus con salsa de trufa blanca, huevo a baja temperatura con fritada y patata en texturas, crepe de rabo de toro al crianza de Rioja...y también algunos más normales, pero muy buenos también, como las croquetas de jamón, diferentes huevos y pimientos rellenos: de perdiz, de jamón, de hongos, de morcilla...los de queso de cabra con confituras o rebozados...
A veces también hay pinchos y raciones de postres.
El restaurante cuenta además con una sala de comidas muy acogedora y decorada en un estilo entre moderno y vintage, donde puede comerse a la carta, o probar alguno de los menús degustación, !!incluso de pinchos!!
Mi recomendación es que antes de pasarse por alli se llame para reservar mesa, o incluso para consultar su horario de apertura.
Y como broche a esta amplia cartera de recursos, nos encontramos con el Restaurante el Arriero.
Al atravesar su puerta de entrada, enmarcada en una original fachada azul, nos encontramos en primer lugar, al menos los domingos y las fiestas de guardar, con una de las barras de pinchos más amplias de la región en cuanto a variedad de lo ofertado.
Una grata sorpresa, quizás no tan inesperada para los conocedores de la trayectoria de la dueña de sus fogones: Monica Loro, una mano privilegiada para la alta cocina en miniatura.
Dependiendo de las ocasiones pueden encontrarse en barra los pinchos con los que ésta cocinera ha participado como representante de La Rioja, en algunas ediciones del Concurso Nacional de Pinchos y tapas Ciudad de Valladolid, y en otros concursos regionales, todos ellos con un marcado sabor a nuestra tierra..
De entre los premiados, el pasado fin de semana pudimos degustar el Bifidus de Bacalao a la Riojana, una crema de yogur con un puntito de acidez, que debe comerse mezclado con un poquito de la salsa , con trocitos de bacalao cocinados en este estilo regional, que se encuentra en el fondo del tarro donde se presenta el pincho.
Además probamos la Explosión de croqueta crujiente de chipirón con su alioli, al que hemos etiquetado ya bajo la categoría de imprescindible.
Aunque su lista es interminable: Pasta fresca rellena de boletus con salsa de trufa blanca, huevo a baja temperatura con fritada y patata en texturas, crepe de rabo de toro al crianza de Rioja...y también algunos más normales, pero muy buenos también, como las croquetas de jamón, diferentes huevos y pimientos rellenos: de perdiz, de jamón, de hongos, de morcilla...los de queso de cabra con confituras o rebozados...
A veces también hay pinchos y raciones de postres.
El restaurante cuenta además con una sala de comidas muy acogedora y decorada en un estilo entre moderno y vintage, donde puede comerse a la carta, o probar alguno de los menús degustación, !!incluso de pinchos!!
Mi recomendación es que antes de pasarse por alli se llame para reservar mesa, o incluso para consultar su horario de apertura.
Ideal para un vermut torero!!!
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