Conocí el pastel ruso en una escapada estudiantil a Huesca desde Zaragoza, hace ya unos cuantos años. Desde entonces comer este producto, o más concretamente el pastel ruso de la Pastelería Ascaso, es una de mis aficiones preferidas.
No hace muchos años descubrí que en La Rioja también se elabora pastel ruso, y que es una especialidad de la Confitería Marcos de Alfaro (La Rioja).
Para mi disgusto inicial, estos dos pasteles rusos son en realidad homónimos: se llaman igual, pero distan mucho de parecerse. Pero lo mejor, aunque yo soy mujer de costumbres, es que los dos están buenísimos.
El de Huesca se elabora con avellana, almendra, clara de huevo, azucar y mousse de praliné. El de Alfaro con solo tres ingredientes: azucar, huevo y mantequilla.
El ruso de Alfaro es un pastel que encaja perfectamente en los cánones de la nueva cocina, la cocina moderna, y que podría haber pasado sin duda por salido de los fogones del Bulli, si me apuras por lo etereo de su consistencia. Es un pastel de textura arenosa muy ligera, e intenso sabor a pastelería, que se deshace facilmente en la boca.
Particularmente su textura me recuerda al recubrimiento que se añade a las Corbatas de Unquera, o a un merengue seco de estos muy muy finos, y en el que se pueden distinguir los sabores a mantequilla y clara de huevo.
Se vende en cajitas de 12 unidades, que son un riesgo para la salud de los que no saben controlarse, puesto que son tan suaves que podrías comerte la caja casi en una sentada...
Merece la pena probarlos.
donde encontrarlos en barcelona?
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