Casi cada día paso por delante del Bar El Resbalón, uno de esos bares fuera de ruta que pueblan las calles de esta ciudad. Fuera de las rutas turisticas debería puntualizar, porque éste bar, ubicado en la confluencia de las calles Labradores y Huesca, siempre tiene público.
Un público fijo que según pasan las horas va transformandose de pacientes del cercano centro de salud que necesitan un café a trabajadores de reparto, albañiles, fontaneros y otros gremios con furgoneta que necesitan un almuerzo a cuadrillas de alternadores y vecinos del barrio que necesitan tomarse un vinito, y por supuesto aquellos que necesitan de vez en cuando un morrito.
Yo estoy entre estos últimos, a veces. Porque en ocasiones tengo la mala fortuna de pasar por el lateral del local a la hora en la que se frien los morritos, y absorber el rancio olor a frito que se desprende y que se tatúa en mi pituitaria por un tiempo indefinido. Circunstancia afortunadamente reversible que me permite volver a adorar los morritos del Resbalón nuevamente.
Mira si es éste un pincho exitoso que conseguir una bandeja llena de morros para fotografiar es muy dificil, porque en cuanto los sacan, la bandeja circula de mano en mano hasta agotar la provisión.
Yo creo que merece la pena acercarse por aquí. Aunque se pueden encargar para llevar.
Bar El Resbalón
Calle Huesca, 62,Logroño, La Rioja
941 22 43 55
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