sábado, 26 de noviembre de 2011

CHOCOLATES MERINO: UN CHOCOLATE MUY ESPECIAL

Estos inviernos tan atemperados, de americana y no de chaquetón, no invitan a comer castañas asadas ni chocolates con churros. Sin embargo celebrar cualquiera de los santos del invierno alimentando el olfato y el gusto con una buena taza de chocolate es un placer y una costumbre que yo creo que no se debe perder. Desde San Martín hasta Santa Águeda, pasando por Santa Cecilia y otras citas ineludibles del santoral, es un ritual familiar abrir una tableta de Chocolates Merino y hacer una buena cazuela para desayunar o merendar. Incluso a veces para las dos cosas. A este chocolate asocio otro de los sabores perdidos de mi infancia, el de su complemento ideal: los bizcochos de soletilla que hacían en el Hostal en Santa Agueda y que soliamos parar a comprar, para lograr como dicen ahora "el perfecto maridaje a una humeante taza"



Este es un chocolate para mi muy especial, alejado de las texturas planas de los chocolates más populares como Valor, y quizás más asociable a Pedro Mayo aunque solo sea por su envoltorio. Aunque es de los de comer "cocidos" como así se advierte en la propia pastilla, a mi siempre me ha gustado roer algún que otro trozo crudo. Y digo roer porque es un chocolate de los duros, que uno puede rallar literalmente con los dientes, para obtener un fino polvillo con sabor a canela.



Este sabor a canela le confiere a este chocolate un toque especial y os recomiendo probarlo. Yo lo prefiero con leche, y con un poco de agua al principio para ayudar a la disolución. No se si será facil de encontrar, porque desconozco su linea de distribución, pero seguro que donde lo hacen, en el Hostal El Chocolatero, en Castildelgado (Burgos) uno puede hacerse con una tableta....Lo recomiendo especialmente para los que peregrinan a Santiago, porque el camino pasa justo al lado de la puerta...el francés, claro.

No se si tiene competidores tan caseros como él, pero se aceptan sugerencias para probar y comparar otros sabores.....