miércoles, 14 de mayo de 2014

CASA LAC (ZARAGOZA): EL RESTAURANTE MÁS ANTIGUO DE ESPAÑA


Hace casi 20 años que llegué a Zaragoza para cursar mi carrera universitaria. Recuerdo perfectamente el titular de un artículo del diario El País, en el que se definia con mucha razón a la capital del Ebro como "La última urbe rural".

Desde entonces, como suele decirse, ha llovido mucho. La ciudad ha crecido demasiado, ha sufrido los devastadores efectos de la globalización y el urbanismo desmedido y ha caído en las garras del consumo orquestado por las grandes cadenas comerciales. Esto último no solo ha traido como consecuencia el vaciado del centro de comercios tradicionales, sino que está cambiando los habitos de los más jovenes de la sociedad, y esto sí es más preocupante. 

La ciudad se está reinventando en los últimos años y trata de recuperar espacios tradicionales como el "Tubo", cuyo transito se ha convertido en un paseo agradable pero falto de carisma según mi percepción. 

Es en este espacio donde se encuentra Casa LAC desde hace más de 190 años, lo que le otorga la consideración del restaurante más antiguo de España. Un restaurante que en el año 2008 renació de sus cenizas de la mano de Ricardo Gil, el alma mater del Restaurante 33 de Tudela. 

Los más in en materia de gastronomía definirían el local como gastrobar además de como restaurante, puesto que su oferta permite tanto comer a la carta o de menú en una de sus mesas como disfrutar de sus productos en barra, en formato de pinchos y tapas. 

Su decoración y estructuras modernistas que en absoluto encajan  con el concepto de gastrobar, aportan un aire de otros tiempos al local, creando una atmósfera un tanto canalla que te acerca al mundo impresionista que tan bien reflejan los carteles de Touluse Lautrec. 

Reconozco que a esta sensación puede haber contribuido el hecho de que hicimos nuestra visita a Casa Lac el Primero de Mayo, y nos encontramos como vecinas de mesa con dos luchadoras añosas, de esas que uno admira por su cultura y capacidad de vivir más alla de limitarse, a pesar de su edad, a estar vivas. 

Elegimos como opción un menu que nos permite disfrutar de algunos conocidos platos de verduras de Gil,  y además acompañarlos por carne y pescado por xx € por persona, bebidas a parte. Nos parecio bastante acertado que se ofreciera esta posibilidad, porque nosotros somos ya conocedores (Y fans) del menu de verduras y del propio Restaurante 33.

Espárragos frescos de Tudela con vinagreta


Cebolleta confitada al chardonnay y puerros baby en dos cocciones


Penca de acelga rellena y gratinada con salsa holandesa. 


Bacalao en tempura con ligera fritada


Carrillera de ternera con reducción de verduras, vino tinto y parmentier de patata

Torrija con helado de vainilla.
Calle de los Mártires 12,
50003 Zaragoza
976 39 61 96

martes, 13 de mayo de 2014

PACHARÁN ORDESANO. BROTO (HUESCA)

A falta de tiempo para salir a coger endrinas, andrinas, como decimos en mi pueblo, o arañones como también se suelen llamar, nos tenemos que conformar este año con beber pacharanes industriales, o con suerte artesanos.

Devotos, tiempo ha, del Baines, éste mes hemos encontrado la ocasión de probar Pacharán Ordesano


 
La sorpresa ha sido muy agradable, porque es un pacharán a la altura de los grandes pacharanes. O sea, los caseros.

Color cercano al whiskey, más anaranjado que rojizo, sabor intenso, presentación perfecta en botella de regalo. Y elaboración local, en Broto, con productos del mismo Pirineo.

!Quien pudiera pasar en Broto este fin de semana! El Sorrosal, la Pradera de Ordesa, un paseo por el valle de Otal, comer en El Duende, comer en La Frauca... Es lo que tiene Ordesa...y además, pacharán. 

No es por exaltar un producto alcohólico, pero las endrinas señores, como los escaramujos, tapaculos en mi pueblo, son una gran fuente de vitamina C.

!!Beban pacharán señores, que fortifica el estómago!!

!!Prueben  también el ordesano!!

Pacharán Ordesano
C/ Batán, 35 Bajos
22370 Broto (Huesca) - Pirineo Aragonés
+34 974 486 453

RESTAURANTE BASERRI (PAMPLONA)

El dígito que indica la temperatura en el termometro de la calle, nos deja claro que pasaremos el día  en una gélida Pamplona de primavera visitando amigos.   

Nuestras visitas a la "Capital del reyno" han tenido que adptarse paulatinamente a los cambios en nuestras condiciones y responsabilidades, así que el programa que en otros tiempos hubiera sido mucho menos conservador contiene ahora una programación muy diferente. Lease: Paseico por la Plaza el Castillo,  vermú clasico en el Iruña, comidica en el Baserri y paseico por Caballo Blanco, acompañados por las sillitas de bebe y sus correspondientes pasajeros condicionantes de la ruta y la programación. Si, es cierto que en este clasico faltan los ciervos de la Taconera, pero hubieron de quedarse para otra ocasión. 

El Baserri es uno de los restaurantes clásicos de Pamplona, que en los últimos años se ha especializado sobre todo en menús especiales y que ha entrado de lleno en la carrera por elaborar el pincho mas innovador de la ciudad.

 

El local, a pesar de algunos desacertados (a mi entender) retoques, muestra un estilo que hubieramos definido como clásico, allá en los setenta, y que no se encuentra en modo alguno en consonancia con su moderna imagen Web. (Ni falta que hace)

Su historia se remonta al año1931, y ya entonces eran conocidas en la ciudad sus banderillas. Y se dice que el mismo Hemmingway era cliente del local en sus visitas sanfermineras.

Al llegar nos encontramos un bar desangelado y un comedor completamente lleno. Afortunadamente "los locales" a sabiendas de que el comedor alcanza frecuentemente el "No hay billetes" nos habían instado a realizar reserva previa.

Para comer, lo que se estila en el Baserri es el menú. Los hay del día, de pinchos, de grupos, de temporada y especiales. Uno de estos especiales, el del "Fin de semana y festivos" es el que nosotros probamos.

En general el servicio fue muy correcto, la carta del menú muy extensa, quizás demasiado, el vino navarro, y el frio que pasamos en el comedor tremendo. Todos con la chaqueta puesta. 

Los platos buenos, especialmente destacable el "cremoso de arroz con setas y parmesano al sauvignon semidulce" y el "timbal de borraja salteada con jamón".

 

 

Segundos variados también, y sin nada que reprochar con una excepción, que ejemplificaré a continuación; la de abusar del uso de extensos y confusos nombres y de la de usar demasiadas mezclas de ingredientes y sabores:

Valga como ejemplo el plato de "Magret de pato con volcán de manzana, frambuesa y sus crujientes", cuya denominación no invita a pensar que la manzana, la frambuesa y los crujientes estén mezclados de forma irreversible con el pato. Esto podría dejar sin comer por ejemplo a un diabético que ilusamente seleccionara ese plato pensando en tomar la carne y dejando a un lado el acompañamiento.


Siempre les queda la posibilidad de pedir algo así, sí, "Rodaballo al horno con salteado de hongos y ajo aceite de arbequina" bueno y libre de confusiones, pero yo propongo un cambio desde aquí..

 
La tarta de queso casera con coulis de frambuesa, acertada.

El "Milhojas de chocolate en tres temperaturas" muy bueno, pero frio para una temperatura invernal.


Precio adecuado para lo comido y lo bebido: 23,90€.

Salimos contentos, pero tiritando, del local.

Restaurante Baserri
C/ San Nicolás, 32. 
Pamplona (Navarra) 

Teléfono 948 222 021