La oferta hotelera de Pasajes San Juan es especialmente amplia. Antes de elegir donde comer habíamos, como no, echado una mirada de reojo a nuestra guía de compañía, y recomendaban dos restaurantes. Ninguno era Casa Cámara. Pero en realidad éste es el más famoso, y del que más habíamos oído hablar. Nos asomamos y reservamos mesa.
La vista de la sucesión de restaurantes desde la plaza es original, casitas pequeñas, con grandes ventanales y metidas en el mar. Al entrar al restaurante la sensación de local tradicional y añoso, desde la puerta con madera y cristal, a los revestimientos de madera y mobiliario escaso.
Al fondo a la izquierda, la famosa "cesta colgandera", como la denomina David de Jorge, que transporta las langostas y cigalas que habitan en el subsuelo del local.
Como aun no habíamos meditado suficiente sobre la inconveniencia y el aburrimiento adquirido por el uso y abuso de los menús degustación, y en vista de que aquí lo que se oferta es el "menú de temporada", a un precio no demasiado elevado, 36€ con vino incluido, nos decantamos por esta opción.
Deberíamos haber hablado antes con los que ya habían pasado por allí, y que a posteriori nos recomendaron haber tomado cigala y un pescado. Pero, a golpes se aprende.
De la lista que conforma el menú de temporada (Aparece en su web) yo elegí un revuelto de cebolleta tierna con carabineros y verduras crujientes y mi compañero de mesa y mantel la sopa de pescado y marisco.
Mi plato estaba muy bueno, un revuelto en su punto con la cebolla tierna e intenso sabor a carabinero. Puede en el fondo que demasiado intenso. La sopa, dijo él que tenía mucha zanahoria.
Yo no tenía muy claro el segundo a elegir y seleccione el bacalao al pil pil con piperrada, no sin antes departir con la camarera sobre si el bacalao era de temporada. A lo que ella me respondió que el bacalao era salado y desalado, como siempre.
Como siempre no, porque yo he catado bacalao fresco, en casa y fuera de ella, en su correspondiente temporada. Personalmente no me dijo nada el pil pil del bacalao.
Él pidió una Parrillada mixta, que a saber, consta de bogavante asado, langostino, gambas, almejas, navajas, merluza, chipirones y patatas al ajillo, e incrementa en 6€ el precio del menú.
Siempre que realiza elección semejante observo su cara de decepción. Mejor que esta selección es, y me repito, comerse una pieza entera, creo yo. En este caso teníamos además reciente el plato de langostinos del vermú, que habíamos tomado en el Yola Berri, y no pudo evitar hacer alguna comparación, especialmente en lo relativo al sabor, o en este caso a la falta aquí de intenso sabor.
Postres caseros caseros. Yo leche frita, que estaba buena y él, el postre estrella: un rollo de merengue relleno si bien recuerdo de tutti frutti. Todavía él se relame y revive la cata de dicho postre.
Crianza Rioja, con apellido, como no. Alavesa, quero decir. "Heredad Santamaría", cuya cata en lo que a los cinco sentidos se refiere no se correspondía con lo que el etiquetado rezaba. Personalmente no me gustó, nada. Se me ocurren mejores caldos alaveses, asequibles o muy asequibles incluso, que harían mejor servicio y papel. A él no le pareció tan mal, tan mal...