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martes, 16 de diciembre de 2014

EL SECRETO DE LA PLAZA. MURCIA

Como comentaba en la entrada de "La tienda de Susano", la ciudad de Murcia ha sido para nosotros un agradable descubrimiento. Nuestro imaginario no ideaba una ciudad tan señorial en lo urbanístico ni en lo arquitectónico. Un centro castellano, y un ensanche centroeuropeo, amplias avenidas y línea de tranvía incluida. Lo que creíamos Almería, ya se sabe, eso de "sitió tipo Madrid y pa bajo" nos dejo realmente descolocados.

Bajamos a cenar a la Plaza de las Flores, bien recomendados en lo gastronómico, pero no en lo mundano, porque el señorío de la ciudad  se extiende también a los murcianos. O ese día se habían puesto todos de acuerdo, o si sus indumentarias eran las habituales, es para quitarse el sombrero. ¡Que elegantes oye! Clásicos y muy elegantes.

Así que vestidos inadecuados nos colamos en el primer local que encontramos. Según nuestro guía cualquiera de ellos es recomendado, y para no quitarnos de encima la sensación de sorprendidos y observados, esta vez también acertamos.

El secreto de la plaza es un local pequeño, complementado con terraza, de estilo moderno. 
 

Líneas limpias, minimalismo en la decoración, simetría en barra, carta ad hoc a su estética, y un refrigerador frontal en el que en el momento de nuestra visita se amontonan exuberantes un sin número de tomates  de la huerta murciana.


Nos pedimos varios pinchos. Por supuesto una marinera. 

También elegimos el secreto que le da nombre al local. Menos glamouroso que en la foto de la carta, pero rebosante de grasita y sabor.



Un ravioli de gamba que bien podría ser el hermano mayor del que en Logroño sirven Las Cubanas, pero menos fino y con más marisco en el relleno.


Y esta vez aquí unas copitas de Jumilla.
  

domingo, 7 de diciembre de 2014

LA TIENDA DE SUSANO. MURCIA

Me resulta difícil redactar un articulo para este local, que bien podría incluir en su tarjeta de visita un sin numero de adjetivos calificativos entre los que estarían: original, autentico, céntrico, agradable, sorprendente, tradicional, moderno, taurino, impoluto, limpio, fino, de diseño, recogido pero grande,  soleado y refrigerado, asequible y gourmet, caprichoso y elegante...
 
 

A esta percepción del local contribuyen, desde luego, muchos aspectos. Entre otros la increíble amabilidad de sus camareros y camareras, con su original, por desusada, indumentaria. En un local abarrotado no pudimos encontrar nada reprochable al servicio. Exquisito en su conjunto.
 

La increíble limpieza del local, incluyendo la del baño (del que ya hablaremos) y la de la pila donde limpian y soban las anchoas, que por cierto, traen desde el Cantábrico.
 

La decoración, original por lo clásica y repleta de guiños a su antiguo uso como tienda de ultramarinos. Mi enhorabuena por alcanzar la diferencia, y por no dejarse arrastrar por las tendencias. Esas que unifican, igualan y aburren al publico en general, sea cual sea el tendido desde el que se mire la corrida.
 

El baño. Ese baño de mujer, en homenaje al abuelo, amante de la ornitología, en el que una puede imaginarse regando un huerto en el que trinan y es que es así literalmente, los pájaros.


Por supuesto, la comida. Con base tradicional murciana. A destacar las marineras, que ya desde La Rioja echamos de menos: Una tapa desconocida para nosotros, simple y fresca, pero que aquí preparan especialmente bien. Una marinera que no es más que un pincho de ensaladilla rusa, sobre una rosquilla de pan de leña, pero en fino. La pasta de ensaladilla cremosa, la anchoa brillante y fresca y en este caso, en el Susano, una rosquilla perfecta.
 
 

Ensalada de tomate de la huerta murciana (este no es raf), con aceitunas y atún. Pero no atún de lata. En esto también debutamos aquí, un punto más a la originalidad por lo simple.
Se puede pensar que este articulo resulta empalagoso, pero es que de empalago, foie, bovril o boletus, tempuras, cebollas caramelizadas y pinchos barrocos estamos ya en el norte un tanto saturados.
(Si, Perchas y Soldado aparte)



Croquetas, salmorejo, y otra especialidad local: pulpo asado, a la murciana claro...otro punto a destacar.



Cañas para la sed.
Probamos Jumilla, vino local, y nos resulto demasiado diferente: agradable de olor, pero excesivo de sabor..no es critica, es que no tenemos hecho el paladar. 


Sorprendente Murcia, tanto o más que este bar, para dos riojanos pagados de si mismos por creer vivir en un sitio sin par...aunque a clima no nos ganan.

BAR LA TIENDA DE SUSANO
C/ Trapería, 2. Plaza de la Cruz
Murcia
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