miércoles, 3 de febrero de 2016

DULCES RIOJANOS TIPICOS DE SAN BLAS

Abro esta ventana con la intención de ir completandola con el paso del tiempo, ya que la gastronomía riojana es un pozo de sorpresas, y como muestra un botón.

A las tradicionales rosquillas de San Blas, en sus má amplias acepciones, de las que me decalro fan incondicional, uno hoy un producto tipico de este día que he descubierto en Autol: El barzón.


Barzón:
Un bollo semejante a un bollo de leche, quizás un pelin más seco que se consume el 3 de febrero en este municipio de la cuenca del Cidacos. Me dicen que esta modalidad que yo he podido probar no solo es una de las mejores: recubierta de chocolate y con chocolate por dentro, si no que además es de la mejor pastelería de la zona: Stela.


Barzon de Autol
Rosca de San Blas

Y ya puestos no puedo tampoco dejar de citar otras golmajerías regionales que se apelotonan en mi armario a la espera de ser hoy bendecidas y despues comidas:
 
Bollo seco de San Blas (Sorzano/Entrena)
Un producto local que no puede faltar este día en los hogares de Moncalvillo: El bollo seco, bien con forma de pancecillo como el que elabora Hector en el horno de las Cien Doncellas, bien hecho rosquilla. 
Bollos secos de Las Cien Doncellas

miércoles, 18 de noviembre de 2015

ROCAS DEL PUY DE BOMBONES TORRES. ESTELLA. NAVARRA

Las Rocas del Puy, son uno de los productos más típicos de Estella. Ese pueblo del que prácticamente toda España ha oído hablar alguna vez por ser cuna nada más y nada menos que de la Mariló. La Montero. La ex del Herrera. 

Aunque desde luego limitarse a conocer la capital de Tierra Estella sólo por eso, es perder la oportunidad de conocer uno de los pueblos más interesantes de Navarra, y aun diría más, de todo el País.

Pasear por Sampedro la Rúa, visitar su bonita iglesia a la que se accede por una larguísima escalinata de esas en las que toda novia querría lucir su cola, pasear por su claustro, hacerse una foto en la iglesia del Santo Sepulcro, cruzar el Ega por el puente de la cárcel, ver las tiendas de anticuarios, escaparse hasta el nacedero del Urederra (previa reserva), beber un trago de la fuente de Bodegas Irache cual peregrino a Santiago, porque por aquí también pasa el Camino…

Y finalmente comer, y de postre llevarse para casa unas Rocas del Puy de la confitería Bombones Torres. Unas rocas que no son sino avellanas bañadas en distintos tipos de chocolate, y que muchos estelleses elaboran en casa, pero que elaboradas por Torres son sin duda un producto que podemos considerar exclusivo.Gourmet que se diría también. Y que desde aqui os recomendamos no dejar de probar. (PD: ojo, que son más caras que el Azafrán, así que no os precipiteis a la hora de comprar)

  
Bombones Torres
www.bombonestorres.com

RESTAURANTE PAN Y VINO. LOGROÑO

Confieso que de no haber sido por su presencia en las redes sociales, y en particular en Facebook, lo más probable es que el Restaurante Pan y Vino hubiera seguido estando en mi cartera del debe. Y seguramente por mucho tiempo.
Ni su ubicación, como parte de una tríada de restaurantes consecutivos en la Avenida de Portugal, ni su estética me habían resultado nunca atractivas. Y mira que paso veces por delante. Algunas de estas veces incluso me había llegado a preguntar cómo sobrevivirían aquí estos negocios, dando por hecho que no tendrían mucho publico.
Cual fue mi sorpresa que al tratar de reservar un domingo mesa para dos, el local estaba completo. El siguiente domingo si había mesa, pero estaba prácticamente lleno. El publico presente, mayoritariamente familiar, y no especialmente joven. 

Personalmente la decoración del restaurante, resultado de una curiosa mezcla de estilos, me resulta inclasificable, y poco acertada. Y sí, me quejo habitualmente de la homogeneización de los espacios, pero por muy diferente que este sea….


No comimos a la carta porque el restaurante ofrece un menú fin de semana con una importante variedad de platos, y porque era nuestra primera vez, y no sabíamos que ni como se cocían por aquí las cosas.
Había sin embargo varias mesas de a la carta a nuestro alrededor, y por lo que pudimos ver mucho cliente fijo que sabía qué pedir: rodaballo, almejas, chuleta….
Pedimos menestra, bacalao a la brasa, entrecot y torrija. El vino incluido RV de Ruiz de Viñaspre, bastante acertado para la ocasión.

La menestra tradicional. Fresca. Bastante acertada, quizás con un punto elevado de aceite, pero de ninguna manera exagerado. Con verdura de temporda. En fin, agradable.
Los segundos desiguales. Bacalao en su punto. Rico de sabor y bien acompañado por salsa y guarnición. La carne demasiado pasada, sin destacar, probablemente por el punto de coccion.

La torrija muy buena. No tanto el flan de café. Excesivo en sabor.
Con café y pacharanes menos de 30 euros por persona. Correcto el servicio, junto con el que de vez en cuando aparecía el cocinero. Buena relación calidad precio, pero el espacio sin embargo no ha sido muy de mi agrado. Los espacios interiores con esas luces que emiten en los azules sobrecargan en exceso el ambiente, opino. Peor ya está probado.

jueves, 29 de octubre de 2015

BODEGON LAS TEJAS. LOS DE LA VINIEGRA. LOGROÑO

Es innegable que la peatonalización de la calle Saturnino Ulargui ha revitalizado y mucho, este céntrico pero oscuro rincón de ésta nuestra ciudad, que desde que no contaba en su esquina con el Secre, parecía ir cada vez más de capa caída.
 
Ahora da gusto pasear en verano por una calle que se llena de gente y de terrazas y que conforma una muy buena alternativa para comer y especialmente cenar en el centro, sentados entre vecinos de la zona y observando a esas cuadrillas clásicas de alternadores que están casi en peligro de extinción. 
 
 
Entre la oferta de la calle hace ya tiempo que quería dedicarle un apartado al Bodegón las Tejas, el bar de los de Viniegra que le llamamos nosotros. Pero he leído una crónica sobre las Tejas en otro blog, que me parece tan buena que mi humilde redacción no podría describirlo mejor.  
 
Aporto sólo dos imágenes: la de su tortilla de patata, que dicen está entre las mejores de la ciudad, y la de su sangrecilla, para demostraros con esta que a veces soy una persona valiente, y que a pesar de que el local no está entre los más relucientes, a mi la cocina del señor del bigote me da bastante confianza.
 
 
 
 
Os remito pues al blog Cazadores de Antros, que lamentablemente no cuenta mas que con unas pocas entradas antiguas, y especialmente a su articulo: Comiendo en las Tejas
 

"Los retos son para los valientes. Al menos eso dicen. Sea cierto o no, yo también pienso lo mismo. Por eso prefiero ir a tiro hecho. Paso de complicarme. Riesgos los justos… y los experimentos con gaseosa. Incluidos los de la cocina, donde últimamente veo mucha tontería. Demasiada. Un porrón. No entiendo a dónde nos quieren llevar. A este paso van a acabar exigiendo 6 meses de prácticas en el CERN sólo para poder encender la vitro. Se les ha ido la olla (por no decir el 99% del menaje) y ya huele. Nitrógeno líquido, reducciones, flavorización, maridajes imposibles, cocción a baja temperatura… Que conste que no tengo nada en contra de los platos rococó y minimalistas del Bullí (en todo caso hambre), pero personalmente me quedo antes con una tasca de las de toda la vida, donde antes que una estrella michelín, te sirven un par de huevos fritos flotando en un mar de triglicéridos......"
 
Esto es redactar, y lo demás son ñoñerías
 

G TORRE. DE CUYAS MAGDALENAS DICESE SON LAS MEJORES DEL MUNDO. SANTANDER

Tenía en el debe ya desde hace tiempo el probar la trenza de la panadería G-Torre de Santander. Desde que un anónimo me invito a probarla y compararla con mi entonces adorada trenza de Almudevar. Trenza esta última que ya confesé encontrar últimamente demasiado " popularizada". Pero esta es otra historia.

Encontré la panadería en la Calle Santa Lucía, un poco más arriba, literalmente arriba, del Cañadio. En una calle normal, alejada del brillo y del glamour que atesora esa primera línea de costa de Santander, que es la que todo visitante suele ver. 

De la historia de esta casa no hablaré, porque ya lo hace y bien, ese gran cronista gastronomico  de la Montaña que es el MuleCarajonero.

Así que decidida a probar por fin su famosa trenza, en versión clásica, porque están la clásica, la de arándanos y la de piñones, entré en la panadería y me encontré tan abrumada por la acumulación de bollos, panes, dulces y otros postres en su interior, que no pude por menos que sucumbir también a adquirir una quesada, u bollo para almorzar y un paquete de las "Mejores magdalenas del mundo". 

 
Encontré la trenza una combinación de la de Almudevar y de la trenza de Garpesa de Logroño. Parecida a la primera en el fondo, y a la segunda en ir cubierta de mermelada y no de azúcar en polvo. He de confesar que a mi y a mi pariente nos supo buena. No desbanca sin embargo de su trono a aquella trenza oscense, al menos de mi trono.
 


Respecto a las madalenas, para gustos madalenas.

martes, 20 de octubre de 2015

CAÑADIO SANTANDER: Serio competidor para La Laurel

Impresionante el ambiente de pinchos un miércoles cualquiera de octubre en el Cañadio y alrededores, en Santander. Aunque lamente decirlo ganando por goleada al de nuestra Calle Laurel entre semana. Público elegante, como no podía ser menos, bares modernos, pero también muchos que han apostado por no perder esencia y personalidad, y que estaban llenos.
Mucho pincho y ración de producto local de tierra y mar. 
Mucha, muchísima chuleta de vaca servida en raciones para picar y compartir, anchoas, maganos, quesos, quesucos, de la montaña, y por fortuna mucho vino, y Rioja.


Como ejemplo, estos dos pinchitos del Cañadio, sin duda uno de los referentes en la ciudad, aunque sí, sé que son muchos y buenos los de referencia. Y que hay otros menos turísticos, pero el local es garantía de acierto.
Huevito poché con patatas paja y racioncita de maganos a la plancha con arroz.
Una delicia


lunes, 19 de octubre de 2015

CODE BILBAO

Por muy cerca que esté del estadio de San Mames, de la sede de EITB, del hospital de Basurto y de las Escuelas de Ingeniería de la UPV, lo cierto es que el entorno de la estación de autobuses de Bilbao, el "Termibus", transmite la sensación de entorno hostil para los que llegamos de fuera. Una sensacion de estar más bien en un barrio industrial, gris, húmedo, apartado, que cerca del centro. Unas sensaciones a las que sin duda contribuye en mi caso el tránsito previo a través de ese triste acceso a la ciudad desde La Rioja: esas casas cuyos vecinos de enfrente son la mismísima circunvalación, y ese sobrecogedor Cristo redentor...y para rematarlo, el túnel, claro.
Decidida a reconciliarme con ese entorno, y previamente informada de sus bondades, me he acercado a comer hasta CODE, un local relativamente nuevo en este entorno al que se accede en menos de 5 minutos desde la estación. 
Y en mi experiencia ha sido todo un acierto.


Además de lo acertada de su decoración de tipo industrial, que consigue hacer agradable un espacio sin ventanas, y que es evidentemente  acorde con la ciudad en la que está ubicado, su menú del día es especialmente bueno en relación calidad precio. Y para quién no quiera limitarse al menú, en su carta hay platos de lo más variado: desde una hamburguesa hasta un steak tartar.


Mi selección fue pasta con verduras y chicharro a la bilbaína. Además de una correctisima presentación, y un agradable servicio, ambos platos estaban perfectamente cocinados. La pasta rehogada con verduras " guisadas" con una ligera salsa de tomate y espolvoreada con queso manchego, muy sabrosa. Y el chicharrito al punto y acompañado de unas deliciosas patatas panadera. A pesar de lo abundante de sus raciones y de mi condición de pasajera de autobús en tránsito, no me resistí al postre. Un buding, al que daré un notable.
 


 


Precio, rapidez y buen trato y buen ambiente. 
Sinceramente recomendable para refugiarse en Termibus.