Nos dirijíamos ayer muy convencidos hacia el Espolón de Logroño, con la intención de entrar a comer por fin en el último restaurante de "Francis Paniego": Tondeluna. Por el resultado final este convencimiento no era tan sólido, como representaba la decida cadencia de nuestros pasos al caminar.
Posicionados frente a la carta que se exhibe en el exterior nos asaltaron muchas dudas, algunas ya repetidas.
Tondeluna es un espacio diferente, no hay duda.
Empezando por que pertenece a un galardonado con Estrella Michelín. Como ya he citado en algunos "posts" anteriores, esto es un elemento de freno en si mismo, puesto que estas "Segundas partes" siempre me resultan sospechosas: Los grandes cocineros, en sus segundos locales ¿¿ponen sólo el nombre o están también en la cocina?? Y aqui viene la pregunta: ¿No será mejor subir directamente a comer al Echaurren a Ezcaray? Bueno, pues ya está liada.
También por su aspecto: en pleno paseo del Espolón una gran cristalera deja visto el interior de un luminoso y sereno restaurante, decorado en colores muy naturales, y en el que una sucesion de bancadas en paralelo se disponen hasta el fondo del local. Bancadas que recuerdan las mesas de un comedor escolar. Quizás esta disposición resulte un poco fria para ir a comer en pareja, y este es otro de los elementos de freno que encontramos ayer.
Y finalmente está el consabido miedo a pagar y quedarse con hambre. Esto no importa si uno está convencido de ir a pagar por probar, por el simple capricho de comer en el restaurante de un cocinero de tanto prestigio, y encima al lado de casa. Pensabamos comer un menú digamos que degustación, de unos 25 euros creo, pero la carta no nos resultó muy clara: hablan de dos tipos de menú en los que se puede elegir entre varios platos de la carta: casi todos menos los del asterisco, la copa de vino a dos euros, el pan también aparte....en fin, que de nuevo no nos convenció la idea. Aunque seguro que lo intentaremos en otra ocasión.
En fin, que giramos sobre nuestros pies y nos dirijimos a la Plaza del Mercado a reservar una mesa en el Marinée. Algo más modesto aparentemente, aunque yo creo que está en el mejor sitio de la ciudad. Y como ya he comentado anteriormente, tiene un menú de los de "acierto seguro".
El precio sigue siendo 18+iva, al medio día, e incluye primero, segundo y postre, y además una botella de Rioja para dos.
Esta vez se podía elegir entre un crianza que si no recuerdo mal es Hacienda López de Haro de Bodega Classica, o uno de los caldos jovenes de moda: El Guia, de bodegas Finca de la Rica de Labastida (Alava). Y digo de moda porque lo hemos pedir en algunos bares de Laurel sin ir más lejos, y porque es de maceración carbónica y con sabor a levadura "estilo Luberri" para los no tecnicos.
Los platos a elegir en la linea de siempre. esta vez nos decantamos por un primero suavecito y de temporada: verduras "al dente" (coliflor, brocoli, alubia verde...) con espuma de pure de patata y lascas de jamón. Realmente bueno.
De segundo bacalao con langostinos y algo de mejillones y confit de pato. Bueno también.
Lo que menos nos gustó el postre, y así se lo hicimos saber al cocinero cuando salió a interesarse por el resultado del menú: el postre no estaba malo ni mucho menos, pero le sugerimos algo más dulce para otra ocasión. Lo dicho, que relación ubicación servicio calidad precio: impecable.
El precio sigue siendo 18+iva, al medio día, e incluye primero, segundo y postre, y además una botella de Rioja para dos.
Esta vez se podía elegir entre un crianza que si no recuerdo mal es Hacienda López de Haro de Bodega Classica, o uno de los caldos jovenes de moda: El Guia, de bodegas Finca de la Rica de Labastida (Alava). Y digo de moda porque lo hemos pedir en algunos bares de Laurel sin ir más lejos, y porque es de maceración carbónica y con sabor a levadura "estilo Luberri" para los no tecnicos.
Los platos a elegir en la linea de siempre. esta vez nos decantamos por un primero suavecito y de temporada: verduras "al dente" (coliflor, brocoli, alubia verde...) con espuma de pure de patata y lascas de jamón. Realmente bueno.
De segundo bacalao con langostinos y algo de mejillones y confit de pato. Bueno también.
Lo que menos nos gustó el postre, y así se lo hicimos saber al cocinero cuando salió a interesarse por el resultado del menú: el postre no estaba malo ni mucho menos, pero le sugerimos algo más dulce para otra ocasión. Lo dicho, que relación ubicación servicio calidad precio: impecable.
Querida SG, te animo a que otro día pruebes en Tondeluna. Te aseguro que con el menú de 25 euros (de nombre "atondelunado" o algo así) no te quedarás con hambre.
ResponderEliminarQuizás llevas razón que mejor el Echaurren, pero otro precio y otro estilo.
Y como lo agradable de estos sitios está en probar cosas diferentes a lo que comes habitualmente, este menú te permite probar varios platos (5 y dos postres) estando sólo dos personas. Y por cierto creo que han desaparecido los asteriscos...
En mi opinión recomendable.
Con un crianza normal te puede salir por unos 32-35 euros/persona.
La verdad es que lo tengo en mi lista de pendientes, y de los primeros además...y gracias por el comentario porque a pesar de todo necesitabamos un empujoncito para ir..aunque venga "anonimus"
ResponderEliminarYo no puedo mas que dar la razon al redactor del reportaje, en mi caso si "llegue a entrar" al Tondeluna, por la unica razon de ser una noche fria y lluviosa y bajar hasta el Marinee sin haber confirmado disponibilidad, nos parecio demasiado arriesgado.
ResponderEliminarLa sensacion a la hora de ver la carta era bastante difusa, y el precio final fue bastante superior a lo que la valoracion inicial sugeria (unos 40€/pax).
Las comparaciones son odiosas, pero las dos parejas salimos acordandonos de la ultima vez que habiamos estado en el Marinee y de su "relacion ubicación-servicio-calidad-precio: impecable"