Hace ya años que “Casa Toni” forma parte del patrimonio cultural de San Vicente de la Sonsierra, y que es un referente gastronómico en las más famosas guías.
Pionero en la
introducción de la nueva cocina en las cartas y fogones riojanos, hace no
muchos años acometió una reforma en su establecimiento para adaptarla a las
entonces nuevas tendencias en interiores.
Un estilo alejado
de la línea estética tradicional por la que destaca el municipio, con sus
casonas de sillares de arenisca y grandes escudos de piedra, y de la temática
sobre la que gira su economía, el mundo del vino.
Una estética que
tiene mala vejez, como todas que se adaptan a modas y tendencias y que le da al
comedor un aire de cierta decadencia.
Así nos recibe el
comedor, que compartimos con una veintena de comensales, probablemente
turistas. Nos presentan amablemente la carta y nos indican las ausencias y las
presencias fuera de carta. Eluden sin embargo citar la existencia de un menú.
Nos presentan unos
detalles de texturas y sabores exquisitos: Gominola de aceite y crujiente de
queso.
Nos recomiendan un
vino. Y aciertan. Crianza de Ramírez de la Piscina.
Encuentro en
algunos foros criticas a su carta de vinos en la que hay “Demasiados Riojas y
vinos locales”. A mi entender no sólo deberían ceñirse en exclusiva en su carta
a los de la DOC Rioja, sino que deberían presentar sólo vinos de la Sonsierra.
San Vicente “es” en
el mundo del vino. Su nombre resuena en todos los grandes foros y mentideros, y
todo el que es alguien en el sector sueña con participar de sus cosechas. Miren
que ha conquistado a Vega Sicilias y Matarromeras. Miren las listas de Parker.
Prueben sus vinos de bodega o de Cooperativa.
Sabemos de antemano
que probaremos “El plato”, es decir, la “Crema de patatas a la riojana, espuma
de piquillo y láminas de chorizo” cuya fama trasciende las fronteras.
Sigue siendo a
pesar de los años, un plato estrella que no ha perdido nada de frescura desde
los tiempos en que se servía en copa, y al que sin embargo le encontramos un
pero, en lo relativo al chorizo utilizado. Mucho más próximo en sabores a uno
“de Pamplona”, que a lo que por “Riojano” se da a entender.
Compartimos un
carpaccio de vacuno, con orégano, aceite y queso rallado. Abundante, sabroso y
bien presentado.
Ante la
imposibilidad de comer papada, una de las citadas ausencias, nos decantamos por
las chuletillas de conejo empanadas al refrito de ajo, y por una merluza al
horno, con jamón, langostinos y almejas, fuera de carta.
Raciones
abundantes, la verdad, pero platos que sin embargo no trascenderán en nuestras
memorias ni por tradicionales, ni por originales.
Dos postres excepcionales.
Pastel meloso de queso fresco con toffe, frambuesa y galletas de leche
condensada, y Torrija.
Con aguas y cafés
no llega a los 50€ por persona.
En este sentido la
recomendación, si uno no desea comer un plato concreto de antemano, es pedir el
menú. 27 €, sin bodega, pero con su plato estrella, la crema. Y un buen número
de segundos tradicionales y postres a elegir. Sin duda así, uno acertaría y
saldría más que satisfecho por un precio asequible para la fama del lugar.
Desde luego merece
la pena pasarse a descubrir la Sonsierra.
Restaurante Casa Toni
C/ Zumalacarregui
Teléfono: 941334001
www.casatoni.es
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