El pasado fin de semana, "El Pais Semanal" incluia en sus páginas un reportaje donde se hacía eco de experiencias gastronómicas de las que disfrutar en lugares y de formas no habituales. El reportaje, de Xavi Sancho, se titulaba "En mi casa o en la suya", y pretendía acercar al gran público a unos chefs un tanto especiales de los que no se hacen eco las famosas guías. La particularidad de estos cocineros es que te reciben y cocinan para ti en su propia casa, o bien se desplazan a la tuya.
Hace bien poco nosotros tuvimos la oportunidad de invadir la casa de Esther, y más concretamente su cocina. La experiencia gastronómica de la que nosotros pudimos disfrutar forma parte del paquete de actividades que dan forma a las salidas guiadas truferas que ella y su marido Angel ofrecen a través de su empresa Viveros Veplam.
La actividad comienza en el Cañón del Leza, en Soto en Cameros, donde además de disfrutar del impresionanate paisaje, y de la interpretación del mismo, se explican las caracteristicas que debe cumplir un terreno para ser apto para el desarrollo de las trufas.
A continuación se visita el vivero, donde se explica detalladamente el proceso de micorrización de las plantas, la estabilización del sustrato de cultivo y otros pormenores relacionados con el tema, para pasar a continuación a realizar una busqueda de trufa in vivo, con perro.
Como colofón a la visita se realiza una degustación de la trufa recogida.
Nosotros, que somos unos privilegiados, tuvimos la oportunidad de catar una sabrosa tuber uncinatum regada con aceite, paté casero trufado y unos sabrosos huevos trufados de los fogones de Esther. Nos dicen que esta variedad de trufa está bastante cotizada ultimamente, y que le hace probada sombra a la trufa de verano (Tuber Aestivum), sin llegar por supuesto a la excelencia de la trufa negra (Tuber Melanosporum), acompañado todo de un Rioja, claro.
La experiencia es muy interesante y recomendable para quien quiera pasar un día diferente en el campo. Además salimos muy concienciados de los beneficios ambientales que aporta este hongo, que en su versión natural no cultivada, está desapareciendo como consecuencia de los estragos causados por algunos desaprensivos furtivos, que cavan los arboles truferos destrozandolos para siempre.
A continuación se visita el vivero, donde se explica detalladamente el proceso de micorrización de las plantas, la estabilización del sustrato de cultivo y otros pormenores relacionados con el tema, para pasar a continuación a realizar una busqueda de trufa in vivo, con perro.
Como colofón a la visita se realiza una degustación de la trufa recogida.
Nosotros, que somos unos privilegiados, tuvimos la oportunidad de catar una sabrosa tuber uncinatum regada con aceite, paté casero trufado y unos sabrosos huevos trufados de los fogones de Esther. Nos dicen que esta variedad de trufa está bastante cotizada ultimamente, y que le hace probada sombra a la trufa de verano (Tuber Aestivum), sin llegar por supuesto a la excelencia de la trufa negra (Tuber Melanosporum), acompañado todo de un Rioja, claro.
Huevos y pate trufados |
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