CALLE LAUREL DE LOGROÑO: RUTA CLASICA

Laurel es vista obligada para todos los visitantes de Logroño. La variedad de locales a elegir y la variedad de pinchos que en estos se ofrecen hacen dificil la elección de uno u otro sitio, incluso para asiduos visitantes como nosotros, porque no, no es posible probarlos todos, al menos en una sola visita.

Hay sabores y espacios para todos los gustos, sean clasicos o modernos
Sin embargo aqui como en cualquier lugar los hay que mantiene su fama de forma bien merecida y los hay que mantienen sólo su nombre.

Yo no me perdería en Laurel, si viniera de fuera, ni el chapiñón de El Soriano ni la orejita del Perchas, pero esta es sólo una opción

En una RUTA CLASICA por Laurel incluiría por ejemplo los siguientes bares:

1. EL SOLDADO DE TUDELILLA, donde abriría boca con una "Ensalada de tomate", que en absoluto puede considerarse una simple ensalada.

2. A continuación, y girando la esquina me dirigiría a EL SORIANO, para probar su afamado champiñón, si la avalancha de gente que siempre lo escolta nos lo permite (seguro que si entre semana).
3. Practicamente enfrente está el bar PERCHAS, donde se sirven las orejas de cedo rebozadas que para mi son merecedoras del titulo de mejor pincho de Laurel.
4. El matrimonio del BLANCO Y NEGRO siguiendo un poco más adelante es otro de los pinchos clásicos de la calle, y después de los dos anteriores resulta fresco y agradable.
5. Después una visita al bar SEBAS a por un pincho de tortilla o un pimiento relleno, y sobre todo a elegir un vino, porque este es uno de los lugares de Logroño en los que se puede uno hacer a la idea de que está en La Rioja, gracias a su inigualable oferta de caldos (No solo riojanos ni nacionales).
6. Si aun hay hambre solo hay que ir al bar de enfrente, LAS QUEJAS, y pedir una Queja, con opción aqui también de disfrutar de un buen vino, en buena copa y un ambiente mas que agradable, y que se presenta como alternativa más que correcta al afamado Pata Negra a cuyo bocata de jamón y tetilla la saturación le ha hecho descender en mi escalafón.